CAMINO AL PARAISO TERRENAL
“Día de ira, aquél día”
Resuena, a diario, día tras día
En las ruedas de las sillas
De las inválidas e inválidos
Empujadas por hombres y mujeres
Caminando con ellos o ellas
Como con una losa a cuestas
Que saben de cierto
Que: “no hay plazo que no llegue”.
Salen del Centro de Aspanias
Donde viven y se les cuida
Con cariño y con esmero
Para airear sus vidas
Marchitos y mansos
Aunque alguno o alguna
Se muestra quebrantado
Sobre todo, cuando un cuidador
O cuidadora le pregunta a uno o una
Tocándole la espalda:
“Adivina quién te dio”
Y él o ella responden:
-Es la Muerte.
Camino al Paraíso terrenal
Que es el Cementerio
Entre ellos y ellas se preguntan
Los que pueden, ¡claro¡
Y se contestan en tono bajo:
-¿Adónde vamos? A la Muerte.
¿De dónde venimos? De la Vida.
Algunos cuidadores o cuidadoras
Al volver al Centro
Les dicen a los cuidadores o cuidadoras
Que quedaron en el Centro:
-Acá venimos con los “mudados de aire”
Que no hay mejor muda
Que el aire de la calle
Y un cafetín en la terraza de un bar
En la Plaza de la Tesla.
Daniel de Culla